El fin...

Aquí acaba nuestra relación, mucho antes de lo esperado, después de tantas cosas por las que hemos pasado juntos, momentos realmente duros, tanto camino recorrido, tantos lugares conocidos, y a las primeras de cambio, todo se rompió por la que parecía la parte más consistente.
Aquí acaba la historia de mis Tuckland, 12 años después, abandonadas en el Cañón del Colca en manos de un guía cualquiera, al que seguro que todavía le harán servicio durante un tiempo.
Todo comenzó en Arequipa:
Después de pasar la noche en Lima, fuimos caminando hacia el aeropuerto para coger el avión que nos llevaría a reunirnos con Bea y Edu, y, como quien queda en la plaza del 2 de Mayo o en Conde Duque a tomar unas cañas, nos encontramos en la Plaza de Armas de Arequipa. Pasamos dos días viendo la ciudad, visitando el Convento de Santa Catalina y a la momia Juanita, comiendo arroz chaufa en los restaurantes chifa (chinos peruanos), tomando cerveza del tiempo no más y algún que otro pisco sour.
Nos fuimos a hacer un trekking de dos días al Cañón del Colca, el que dicen que es el segundo más profundo del mundo después del Cañón del Cotahuasi, que también está en la misma región del Perú, con más de 3400m de profundidad, lo que viene a ser el doble que el de Colorado. Primero paramos para ver el vuelo de los cóndores, y después nos pusimos en marcha.

Tras menos de media hora de bajada por el cañón, noté una sensación extraña al caminar, como si llevase algo pegado a la suela de la bota, pero resulta que era la misma suela la que se estaba despegando, hasta quedarme con ella en la mano. Se ve que la otra tuvo envidia, porque 10 minutos después estaba con una suela en cada mano, con cara de tonto y con unas 10 horas por delante de camino. Con mucha suerte conseguimos llegar hasta el Oasis, donde pasaríamos la noche, y, quitando el pequeño contratiempo, la experiencia fue increíble. Para los que habéis estado aquí, o en cualquier otro sitio parecido, sabéis que por mucho que se describa, o se vean fotos, las sensaciones percibidas son imposibles de transmitir.
A la mañana siguiente nos levantamos a las 4 de la mañana para comenzar a caminar. Más de tres horas de subida superando un desnivel de más de 1000 metros. Llegamos temblando arriba, y es que la altitud (3200 metros sobre el nivel del mar) y un estado de forma lamentable (esto es una nota personal) pasan factura, y con IVA!!, pero después de un buen desayuno nos recuperamos. Por increíble que parezca, las botas aguantaron perfectamente sin suelas, gracias al acolchado que tenía debajo. Cogimos (aquí todavía se puede decir coger) el autobús de vuelta a Arequipa y a mitad de camino nos bajamos para enlazar con otro que nos llevaría a Puno.
En Puno ciudad no hay mucho que ver ni hacer, así que nos fuimos al Lago Titicaca, el más grande de sudamérica, a 4000 metros sobre el nivel del mar, donde a veces se notaba que nos faltaba un poco el aire. Vimos las islas de los Uros, una comunidad que construyó islas artificiales de totora (lo que viene a ser juncos) y que supuestamente viven todavía allí, aunque todo está muy orientado al turismo. Después fuimos a la isla Amantaní, para poder ver el lago desde más dentro, y pasamos el día y la noche con una familia local, que apenas hablaban español (allí hablan quechua), y que viven como se vivía en los pueblos de España hace 50 años. Por la noche se organiza una fiesta en nuestro honor, nos visten con los trajes típicos y se baila todo el rato el mismo baile absurdo independientemente de la música que pongan, consistente en cogerse por parejas de las manos y moverlas de un lado a otro durante más de 5 minutos que dura cada canción. Me recordaba a una mezcla andina de chotis y sardana...
A la mañana siguiente visitamos otra isla, Taquile, para regresar a Puno por la tarde. Una buena ducha, un buen lavado de manos, una buena cama y un buen wáter, que la vida rural es muy auténtica pero es realmente dura.
Amanecimos con fuerzas renovadas, dispuestos a emprender camino hacia Cuzco, capital del imperio inca...


Comentarios

Isma ha dicho que…
Te acompaño en el sentimiento amigo, en estos momentos que se son realmente duros para ti. Te diré que sus compañeras (Line 7) no han dejado de arrastrarse desde que se lo he contado. Elevaré mis plegarias al cielo esperando que los nuevos pies que las calcen las guien con tan buen paso como tu hiciste
Amen
patidifusa ha dicho que…
MAs fotos, mas fotos!!!
Que con las que habeís puesto sabe a poco!!!
Besicos, disfrutad!
Rocio ha dicho que…
Que alguien me explique como se pueden joder las dos zapatillas a la vez. ¿Mal de altura? ¿Humedad relativa?
¿Quién es la tía buena esa impresionante de la gorrita en la foto?
Os echamos mucho de menos en las cañitas...
Pasadlo bien! Besos
BVB ha dicho que…
Doy fe de todo lo aquí contado.
Un viaje lleno de experiencias, buenos momentos compartidos, paisajes, gente...Una maravilla.
Lástima que a algunos nos quede ya tan poquito; snif, snif.
Siempre nos quedará Cuzco...