San Pedro de Clavada...digo de Atacama

San Pedro de Atacama contrasta enormemente con todo lo anteriormente descrito. Nada más llegar al control de aduana de la frontera chilena, después de bajar unos 3000m de golpe con nuestros forros, anoraks y botas de montaña todavía encima, ya hacíamos contraste con los rubios argentinos y chilenos veraneantes en ojotas (chanclas) y ropa muy veraniega. Y esque hacía muuuucho calor. Fue como si el verano hubiese llegado de repente a nuestras vidas y nos hubiera pillado disfrazados de invierno...

Llegamos a un paraje sin igual, especie de pueblo que parecía sacado del lejano oeste en versión moderna, con casas de un sólo piso, de piedra pero sin las típicas semipuertas de madera abatibles de las cantinas. Las cuatro o cinco calles que literalmente lo componen, están repletas de restaurantes “chic” con camareros a la entrada ofreciéndote sus delicias escritas en pizarras con buena letra y en colorines, a precios desorbitados, para lo que estábamos acostumbrados; de agencias de turismo por doquier, de ultramarinos, de cafés, cafeterías, heladerías, de todo.. menos de sanpedroatacamenses. No conseguimos ver ninguna posible vivienda familiar. Parecía un pueblo fantasma, montando a expensas del turismo, en medio del desierto más alto del mundo. La pregunta es, qué fue primero, el pueblo o los turistas? Si no fuera por su pintoresca iglesia al lado de la típica plaza mayor que le confiere un aire de autenticidad, yo habría dicho que el turismo fue quien creó a San Pedro de Atacama....
Nos alojamos en un hostalillo bastante acogedor, con un patio interior con mesitas con sombrillas, hamacas de esas que se cuelgan de los árboles a la sombra..

Las razones de tanto turismo en un pueblo tan pequeño, son varias. Lo primero es su espectacular entorno: el desierto, que facilita una estancia prolongada y llena de cosas que hacer. Además es punto estratégico de paso, entre Chile, Bolivia y Argentina.
Nosotros decidimos empezar alquilando unas bicis para descubrir sus alrededores y adentrarnos en el desierto más árido del mundo y como digo, es un paraje sin igual. Ese día por la mañana partimos dirección a la Quebrada del Diablo, a unos 4 km, quebrada que nunca llegamos a encontrar. Es lo que tiene dejarse el mapa en el hostal. Pero otros 10 km más allá, encontramos un pasadizo que nos condujo a un lugar bastante curioso. Caminamos hasta lo alto de una montaña de barro enorme de color rojizo, carcomida en su base por lo que parecía el cauce de un antiguo río por el que paseamos como si de un laberinto se tratase, sin ningún ruido de fondo, sólo el del pensamiento (y ahora por dónde se sale de aquí...?). Toda una aventura. En dirección opuesta, donde pueden verse las montañas nevadas de fondo, encontramos un lugar tipo oasis piscinero, conseguido gracias a un manantial natural, y aprovechado como parada improvisada para darse un chapuzón.
Lo que debe hacerse sí o sí, como dicen los argentinos, es la excursión al Valle de la Luna, previo paso por el Valle de la Muerte. Este, inicialmente fue apodado Valle de Marte, porque cuando fue descubierto, alguien debió creer que así sería Marte. Y es que cuando estás allí, parece que estás en otro planeta. Luego parece ser que el posterior aterrizaje en Marte desvirtuó totalmente este mito, pasándose a llamar Muerte en vez de Marte, mira que son macabros....
Pero el verdadero protagonista del lugar, es el Valle de la Luna. Allí llegamos cientos de personas, ansiosas de paisajes especiales que añadir a sus recuerdos, a esperar la puesta de sol como auténticos ibizencos (eso sí, sin Café del Mar sonando de fondo). Al filo de una duna perfectamente delineada por el viento con sus empinadas caídas delicadamente planchadas, caminamos por un risco de inmensas piedras de barro disecadas por el tiempo y el aire. Allí nos fuimos preparando para el evento, con el valle de fondo que, como os podeis imaginar, era sobrecogedor. Nos colocamos al borde de la montaña en el punto más cercano al sol que pudimos y esperamos tirando piedras al vacío, impacientes. Fue una puesta de sol preciosa, de esas que te aseguras de retener bien en la memoria (y en la cámara).

A parte de ésto, Atacama ofrece muchas más posibilidades a sus visitantes, paseos a caballo, lagunas esmeralda de agua caliente, geiseres, salares...pero después del salar de Uyuni, poco podía impresionarnos más. Así que después de 4 dias, decidimos dar nuestro siguiente gran paso: Argentina.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy bonito..como todo!!Noto que me voy repitiendo...Marilui
nere ha dicho que…
Fer, pareces el principito en la foto...
Nere
El Creador ha dicho que…
El de Beukelaer? Felipe? Espero que sea el del cuento...
nere ha dicho que…
Ok. Foto similar a ilustraciones de Saint Exupéry...nada de galletas ni borbones, joder
El Creador ha dicho que…
Ya decía yo, porque ni me he cortado el pelo a bacinilla ni he crecido medio metro...