La vuelta al mundo...real.

Nadie dijo que fuera a ser fácil. Tampoco nadie te prepara para dejarlo todo y emprender un largo viaje. Y, sobre todo, nadie te prepara para afrontar la vuelta después de tanto tiempo.

Eres tú mismo el que das los pasos, el que decide un buen día que ha llegado el momento de romper con tu vida, juntar valor y decir a amigos, familia y jefes: señores... me voy. Porque sientes que es lo que debes hacer, que si no lo haces pasarás el resto de tu vida preguntándote qué hubiera pasado y, porque te das cuenta que se va a convertir en la mejor experiencia de tu vida. Y lo mejor de todo, poder compartirlo con tu otra mitad, con la persona gracias a la cual puedes decir eso, que eres uno. Si antes tenía claro que quería estar con Sara para siempre, ahora sé que es la mujer de mi vida, que sin ella no se puede llamar vida.

Hoy, cuando se cumple un año exacto desde que partimos, y prácticamente tres meses después de haber regresado, es cuando me doy cuenta de lo que hemos hecho. De todo lo que hemos conseguido y ganado.

Después de todo lo que vivimos durante esos nueve meses por el mundo, llegaba el momento de dar el paso más importante: volver al punto de partida, cerrando el círculo que enmarca una de las mejores épocas de mi vida. Pero en realidad, el tiempo no se detiene nunca, el círculo no se completa.

Muchos, cuando os preguntábamos cómo iban las cosas por aquí nos decíais que todo seguía igual, que la vida discurre lentamente para el que sigue en su rutina. Pero no es verdad. Algunos ya no están, otros muchos nuevos han venido, algunos que estaban juntos ya no están y viceversa, otros están más gordos, o más avinagrados, muchas alegrías y problemas nuevos, que sólo los percibes si te alejas para tener perspectiva.

Otros nos decíais que esto era un paréntesis en nuestras vidas, que ahora que no teníamos ataduras, hipotecas ni hijos, era el momento para hacerlo. Una vez más, error. Tú eliges tu vida, tus “ataduras” y armas tu vida en torno a esa elección, no son las circunstancias las que te obligan a tí. Esto no ha sido un paréntesis. Ha sido un punto en nuestro mundo. Sólo queda aclarar si ha sido un punto y seguido o a parte...

Desde el instante en que cogimos el último avión en Amstedam se nos puso un nudo en el estómago y nos recorrió una tristeza infinita. No puede ser, esto se está acabando... si parece que empezamos ayer... Es esa sensación de vacío que te queda cuando has vivido algo tan intenso, tan maravilloso, que sabes que está terminando, que ya no vas a volver a sentir todo lo que has sentido, a ver todas las cosas increibles que hemos visto, a disfrutar cada día como una experiencia nueva, a estar juntos 24 horas compartiendo las grandes y pequeñas cosas, y piensas que todo se va a evaporar pocos instantes después de poner el pie en casa, que no quedará más que en un recuerdo cada vez más lejano y en unas fotos cada vez menos vistas, algún recuerdo en una estantería, una mochila vieja en lo alto de un armario, y un día te despertarás y la maldita rutina nos habrá absorbido otra vez.

Quizás tenga que ser así, quizás no seamos lo suficientemente valientes para cambiar radicalmente de vida, o quizás vosotros tengáis mucho que ver.

Ahora lo podemos decir abiertamente, el principal motivo por el que regresamos fue la pérdida de la ilusión por seguir viajando, sabiendo que aquí nos estábamos perdiendo tanto. El punto determinante fue cuando nos dimos cuenta de que nos apetecía más pasar una tarde de cañas con los amigo que ver los templos de Angkor Wat...

Esa ha sido otra gran suerte de nuestro viaje, poder empezarlo y terminarlo cuando hemos querido, parar cuando las cosas que hacíamos y vivíamos ya no nos ilusionaban tanto como al principio.

Algunos os preguntaréis: y qué habéis hecho desde entonces? Fundamentalmente aterrizar. Como decía al principio, nadie te dice lo duro que puede llegar a ser la vuelta. No encajas con la gente, sus conversaciones te suenan a chino, sus preocupaciones ni te inmutan, los periódicos, la televisión, todo te parece vacío y sin sentido. No entiendes cómo la gente sigue tragando con tantas cosas y agachando las orejas, asumiendo que esa es su vida y no pueden cambiarla. “Si yo tuviese la suerte de poder hacer lo que vosotros habéis hecho...”. Excusas. Lo que me mata es ver lo bien que vive la gente por el mundo con muy poco, la grandísima calidad de vida que tienen sin necesidad de comprarse un piso, un coche, bañar al niño todos los días a las ocho en punto, ser el que más sabe del Euribor, los ninjas o las payasadas de los monos televisivos. Y nosotros aquí ahogándonos en atascos, cemento y de la oficina a casa y de casa a la oficina, como el anuncio...

Por desgracia, todo llega, y a nosotros también nos llegó la hora de reengancharnos al tren.

El primer mes lo pasamos entre León y Valencia, con mi hermana y los sobrinos, que mira que me gustan poco los niños en general, pero tengo que reconocer que estos dos son únicos y no lo digo porque sean mis sobrinos. Y mi hermana, que tiene ganado el cielo desde hace muchos años, y ahora más que ha salido de zonas más oscuras. Gracias Juanjo. En León la familia de Sara nos atiborró de buen vino y embutido de la zona, que se echaba muchísimo de menos, acompañamos a Tasio en su “annus horribilis” y Turi e Idalina nos acogieron en Tejedo para purificar el espíritu en las montañas leonesas.

Y por supuesto mis padres que nos aguantaron-alojaron en nuestra casa del barrio. Suma y sigue, hijos, nietos, todos juntos...

Los primeros encuentros con amigos tuvieron de todo, desde Marquitos en Amsterdam hasta alguno que todavía no hemos visto (no tenéis perdón!!), pasando por la mítica reunión Isma-Eli con borrachera estilo libre, degustaciones de ibéricos por la patilla, fines de semana rurales, conciertos de Los Secretos, mañanas en Montecarmelo, niños, muchos niños, cañas, muchas cañas y lagrimones...

En el tema laboral, recurrente en ámbitos familiares preocupados porque seamos personas de provecho y médicos de verdad, hemos conseguido formar parte de las estadísticas de trabajo precario, con contratos basura e incluso becas!! Eso sí, Nere, las guardias las duermo casi del tirón...

Y ahora qué? Así termina todo? Tanto para esto? Pues de momento sí, aquí acaba todo, tanto nuestra vida emocionante como este blog, que nos (y os) ha acompañado desde el principio. Sólo espero que hayamos conseguido trasmitiros una parte de nuestros sentimientos porque, gracias a él, nosotros también viajábamos con vosotros...

Comentarios

Unknown ha dicho que…
joder, en lo de gordito me doy por aludido...
Anónimo ha dicho que…
Genial, Fer. Es genial haber vivido y poder valorar todo lo que cuentas.
Gracias por esas palabras y esos sentimientos.
Besos patagónicos.
Anónimo ha dicho que…
Hola perrillos! bienvenidos!!
No me gusta el regustillo triste que trasmite el mensaje!
Tampoco lo vais a pasar tan mal en el mundo real...(ni nosotros estamos tan atados ...) solo teneis que elegir vuestras "ataduras" favoritas...

aunque lo de que Sara es la mujer de tu vida me ha encantado...
besos
Mª Luisa
Manolo ha dicho que…
Atado pero con cañas, es menos atado, eh? Siempre nos quedará La Alcarria profunda y exuberante y las escapaditas domingueras de buceo...que también molan
Anónimo ha dicho que…
Ay! Recibir el correo con la última entrega del blog es como saber que tu libro favorito tiene una segunda parte inédita. Qué emoción! Sé que ha sido una experiencia especial, única... pero no por el viaje sino por vosotros, que sóis especiales, únicos... Sara, me encanta que te quieran taaaaaaanto... aunque no me extraña naaaaaaada! Besos grandes! La Ruti.
Isma ha dicho que…
Pues si lo de avinagrado va por mi que te den un poquito por el culo, a ti y al zorrón de tu novia. Que me habéis hecho pasar los peores nueve meses que recuerdo LEYENDO BASURA!!!

P.D. En un par de meses volveré a ser el agradable y dicharachero de siempre, pero todavía falta un poquito... BASTARDOS!!!

Vuestro siempre
El dry (Con el patrocinio de Modena)
Nanou ha dicho que…
hola los amigos, que sorpresa cuando descubri vuestro (de vuelta a europa se puede decir ;-) como asi) ultimo mensaje. Y a mi, me habla mucho porque tengo mismo sentimiento... la vuelta a Francia , a este vida tan diferente de esa del viaje, esta bastante dificile. A veces me parece que si conseguio mi trabajo va a estar un parentesia, mientras que debria estar un punto y tendria que empezar una vida otra con la inspiracion de mi viaje, de la riquesa que me trajo (? brought). pueden ver que mi espanol es un poco mejor que en Nueva Zelanda (sara: que ha dicho ;-) ???) , pero ne se puede completamente entender no ?
espero que tendramos oportunidad vernos pronto para compartir nuestras experiencas !
besos y abrazo de vuestra amiga la viajera francesa !