Buceando en el Maasai Mara

Semanas antes de comenzar el viaje ya nos íbamos preparando con nuestras gorras de explorador y los prismáticos  (gran acierto de Sara, gracias Ana!) para lo que sería uno de los platos fuertes de nuestra visita a los países del sur y este africano: los animales!!


Durante años todos nos hemos echado gloriosas siestas a costa de esos animalillos que correteaban grácilmente por la sabana a la espera de ser devorados por los depredadores que acechaban detrás de los arbustos, justo después del telediario, a tan sólo un click de mando a distancia. Con permiso, por supuesto, de otro gran estimulador del centro del sueño como es el Tour de France.
Entre ronquido y ronquido, babeo y babeo y algún espasmo de esos que se producen cuando crees que estás cayendo al vacío, todas esas escenas se han convertido en cotidianas y, a estas alturas, ya todo el mundo sabe que el embarazo de una elefanta dura veintidós meses y el coito de un chimpancé es un visto y no visto...
Palabras como Serengeti, carroñero, época de apareamiento, manada, monzón y otras muchas forman parte de nuestro vocabulario habitual de charla de bar.
Por eso mismo, por habituales, afrontaba nuestro primer safari con grandes dudas. Es verdad que hemos visto cientos de veces a los pobres ñus morir aplastados intentado cruzar un río  (y al año siguiente les vuelve a pasar! !!) o las penurias de una entrañable familia de leones (con nombres simpáticos y todo, oiga!, para que te de más pena cuando uno muera...) malviviendo durante la época seca con las lenguas como trapos, penando como un adolescente en un festival de verano. Pero pensar en verlo en persona me intrigaba mucho. Será tan espectacular?  Me sorprenderá? O lo tengo tan visto que me decepcionará?
No puedo evitar compararlo con la otra gran pasión que compartimos, a parte de viajar: el buceo!
Al fin y al cabo son animales salvajes, me decía, unos bajo el agua y otros en superficie, no puede ser muy diferente.
Pues curiosamente, a pesar de ser algo meridianamente distinto, tienen en común más cosas de las que hubiera pensado a priori....
Y esto nos lleva de vuelta al punto donde lo dejamos hace un par de posts....


Tras una buena noche en nuestra cutre-tienda del Decathlon, nos levantamos a las seis de la mañana con gran ilusión de entrar en el parque (de día!) para empezar a disfrutar desde primera hora de todos esos animales que nos estaban esperando . Un pequeño desayuno y nos montamos en nuestro coche! Llave en el contacto y....pof pof pof!! Comooooorrr????!!! Otra vez, venga... pof pof pof.... Qué me estás container! (chiste viejuno, lo sé). Trata de arrancarlo, Carlos! por dios!! Trata de arrancarlo!!
Definitivamente tengo que escribir a los de Whatsapp para que pongan el emoticono de Sara y Fer con cara de tontos ya!!
No hay manera, el coche no va...
Gracias a otra genial idea de Sara teníamos un móvil extra con una tarjeta de teléfono de Kenia, con un saldo que nos fundimos en múltiples llamadas al dueño del coche, que a su vez llamó a uno de un pueblo que a su vez llamó a un mecánico. No hay problema, en cinco minutos están ahí.... Una hora después llega el mecánico y, tras varias comprobaciones muy técnicas sólo al alcance de un gran profesional (intentó arrancarlo varias veces....), se ajusta el pantalón a lo cachuli y se enfunda el mono de trabajo. "Esto va para largo y va a ser muy caro" pensamos para nuestros adentros.
Si hay algo común a todas las culturas y civilizaciones es que, cuando uno trabaja, hay otros cuatro que miran y opinan. Así teníamos al pobre mecánico que llegó a desmontar hasta los asientos para acceder a la bomba de gasolina,  dos masais que señalaban al motor y ponían cara de expertos, el tipo que había traído al mecánico y otro que pasaba por allí. ..
Y las horas pasaban...



Mientras, nos dimos un par de vueltas por el camping (o, mejor dicho, campamento), un lugar enorme con alojamientos que van desde lo más básico  (un trozo de campo para plantar las tiendas) hasta las famosas tented camps a lo Mogambo con todos los lujos.
Cuando pensamos en un safari en África a todos nos vienen a la mente esas imágenes de una fila de negros cargando sobre sus cabezas enormes fardos, mientras Carl Gable otea el horizonte con sus pantalones bombachos, se relaja en una tienda-mansión decorada con pieles de animales y toma un té con la sabana de fondo mientras dos guerreros masais armados con lanzas le cubren las espaldas. Bueno, a lo mejor no, igual es que yo tengo mucha imaginación....
Pero seguro que tenéis en mente un grado mayor o menor de lujo. Y existe,  vaya que si existe! Pero es como la fama, cuesta. Y aquí no se paga con sudor, se paga con dólares,  uno detrás de otro, hasta formar una pila que puede llegar a los mil per person/noche!!
No digo yo que no merezca la pena (pues sí,  lo digo, no merece la pena!), pero pudiendo disfrutar de algo similar por siete euros la noche....
Nuestro campamento está situado a tan sólo 50 metros de la ya famosa puerta Talek. De hecho, en algunas partes sólo está separado del parque por un riachuelo sin vallas ni nada, por lo que no es raro que se acerquen algunos animalillos a beber mientras algún cocodrilo los espera pacientemente...
Desde nuestra tienda por las noches podemos oir a algún elefante barritar a lo lejos, o a algún monete encaramarse a los árboles cercanos. 
Y lo más increíble es que estamos sólos!!! Ni un alma!! Todo para los dos sólos!!!
Para nosotros, eso es el verdadero lujo... 
Pero volvamos al coche. Seis horas después y tras un último intento, el mecánico le dice a uno de los masais:"clank!" (o algo así), que debe significar : "arranca!". Mete llave, contacto,  gira y.... pof pof poooooorrruuuummmmmm!!!!! Siiiiii!!!! Arrancaaaaa!!!!!
Tira el trapo al suelo, se sienta sobre el cesped, se enciende un cigarrito y se queda más satisfecho que si hubiese metido una mandarina ganadora en el último segundo estilo Llull.
Y qué ha sido?, le pregunto. Pues eso, que si la bomba, bueno, o el fusible, o la junta de la trócola, vamos, que ya está arreglado. Ah, pues vale... como cualquier mecánico español...
Con la mañana ya perdida y después de haber conseguido un día extra de alquiler tras llorar un poco al del coche, decidimos entrar al parque por nuestra cuenta por la tarde, sabiendo que no es muy buena hora por el calor (los animales son más activos a primera hora de la mañana y a última de la tarde-noche) y que sin nadie que nos indique un poco, igual iba a ser difícil ver muchas cosas. Para haceros una idea,  es como hacer una inmersión sin guía en el Bajo de Dentro e intentar encontrar las agujas por tu cuenta a la primera.... fracaso asegurado.
Aún así nos lanzamos. Atravesamos la puerta de Talek y nos metimos en el parque de forma legal!! Recorrimos alguno de los kilómetros que hicimos el día antes por la noche, para darnos cuenta de que tampoco era para tanto. Esos caminos están muy cerca del límite y sólo se aproximan pequeños herbívoros y algún carroñero. Aún así pudimos ver decenas de antílopes (el equivalente a los carángidos del mar, término que vale para todo), alguna hiena, cebras, gazelas, algún ñu...
Bueno, pensamos, es el primer día,  paciencia.



Uno espera ver una pradera llena de ñus mientras los elefantes se abren paso entre un mar de cebras, los leones se rifan a los centenares de impalas que no se han podido comer los leopardos que hacen la digestión en las ramas de los árboles y las jirafas van fijándose bien donde ponen las patas para no pisar a los hipopótamos y a los cocodrilos....
Demasiada imaginación otra vez, no?
La verdad es que la primera impresión nos decepcionó un poco, pero se compensaba con la sensación de ir por nuestra cuenta, sin encontrarnos con nadie durante la mayor parte del tiempo, poniendo a prueba la tracción a las cuatro ruedas por caminos embarrados y algún que otro cruce de río muy divertido, hasta que a lo lejos divisamos un largo cuello que se mece suavemente arriba y abajo...una jirafa!!! Nos acercamos hasta tenerla a pocos metros, pero no parecía muy interesada en nosotros y siguió comiendo, así que continuamos.


Poco después, en el horizonte, unos bultos redondeados llamaron nuestra atención. Parecen...un momento....son...sí!  Una familia de elefantes!! Igual que antes, nos acercamos a escasos metros para verlos bien, pero estos sí que parecían más interesados, y no conviene molestarlos, sobre todo cuando se te plantan delante, te miran fijamente y despliegan las orejas... Esa es la señal para saber que tienes que meter marcha atrás y salir haciendo mutis por el foro....


Para aumentar las probabilidades de éxito en avistamiento de animales intentamos seguir la táctica milenaria transmitida de generación en generación de exploradores masais, que consiste en... ir donde van los demás coches!! Pero claro, estamos tan solos que es que no hay ningún coche más!!
No pasa nada, es el primer día, toma de contacto, volvamos al camping y mañana, con un guía masai, se nos dará mejor... Además se iba acercando la hora del cierre del parque y ya sabéis cómo se las gastan por aquí....


Emprendemos el camino de vuelta sin saber muy bien dónde estábamos, haciendo caso de las indicaciones de nuestro gran amigo Google Maps (nótese la ironía) que nos llevaba por caminos inexistentes y obviaba otros que parecían autopistas, pasando por alto pequeños detalles del estilo: "cómo quieres que llegue a ese camino si tengo que pasar un río que parece el Amazonas!!!". Tic tac tic tac.... 
De mis años en los Boys Scouts (sí,  ya lo sé,  me lo he inventado) aprendí que, si quieres ir al este, coger un camino hacia el oeste no es buena idea.... Pero es que Google Maps.... A la mierda con el Google Maps!!!! La puerta está hacia el este y al este vamos!!!! Tic tac tic tac...
Ya cuando estamos llegando, minutos antes de la hora del cierre, corriendo sabana a través, vemos la puerta a lo lejos.... y el Maps nos indica un camino directo!! Bien!! Un momento.... pero es que no hay camino.... pero Google dice... A callar!!!! 
Enfilamos con la mirada la puerta, agarro firmemente el volante, pequeños acelerones de motor, meto primera (bueno, el coche es automático...) y derrapando salimos a todo meter por el camino imaginario campo a través hasta que, por minutos, llegamos a la puerta!!!! Éxito total! ! O no....
Ya os habréis dado cuenta de que este país está lleno de gente amable, y la señora ranger que nos esperaba en la puerta de brazos cruzados no iba a ser menos:
- Buenas tardes
- Buenaaas...
- De dónde venís? 
En un alarde de chispa castiza decimos:
- Spain...
La amable señora tuerce el gesto y dice:
- No, que de dónde venís que os he visto atravesar campo a través saliendoos de los caminos. No sabéis que está prohibido?
- Whaaaaaaatttt????!!!!
- No me va a quedar más remedio que cascaros un multazo (nótese que no es una traducción literal).
- Pero es que no sabíamos,  es que es nuestro primer día,  es que Google Maps dice que hay camino....
Sí,  debemos de dar mucha pena, porque esta amable señora (y no lo digo con sorna) nos miró a los ojos y nos dejó pasar sin multa, con la promesa de no volver a hacerlo más....
De vuelta al camping, una ducha, una cena y a descansar después de un final de jornada un poco estresante.
Si algo hemos descubierto en estos primeros días en Kenia es que, a pesar de que a veces lo haya dicho con tono jocoso,  la gente es extremadamente amable, siempre intentan buscar una solución a cualquier problema que tengas. Aunque a veces te miren raro,  en cuanto les dices "Jambo!" se les ilumina una sonrisa y te devuelven el saludo, muchos niños se acercan sólo para tocarte. Y eso se agradece mucho, a parte de servir para derribar algunos prejuicios que por desgracia todos cargamos en nuestra mochila....



Comentarios

María Alonso Chamorro ha dicho que…
Al final lo más emocionante del viaje son las incidencias múltiples que te hacen entrar en contacto con la gente local!!! Lo del taller mecánico en tremendo, jaja. Realmente con buena gente los Masais :)
Seguid gozando exploradores!