Evasión o Victoria

Si hay algo que siempre me gustó de pequeño eran esos libros y películas de aventuras en las que intrépidos exploradores se adentraban por primera vez en regiones remotas, con la intención de descubrir lugares de leyenda sólo conocidas por relatos ancestrales de la gente local, transmitidos oralmente de generación en generación, ocultos para el resto del mundo.

De historias de ficción pasé a darme cuenta de que, muchas veces,  la realidad es aún más fascinante, y soñaba con la emoción que debieron experimentar los primeros occidentales que pusieron sus ojos en maravillas como Petra,  Machu Picchu o Angkor Wat.
Si hay un continente repleto de estas historias es sin duda África y, si hay un lugar que siempre me llamó la atención  (no sé muy bien por qué), es el Lago Victoria. Ponerme en la piel de Speke, organizar expediciones para descubrir el origen del río Nilo y ser el primer europeo en cruzar el lago! Para, seguramente, morir poco después de malaria o la mordedura de una mamba negra...
Y es que nuestra anterior aventura nos dejó muy cerca de la orilla sur del lago Victoria, y a mí se me había metido en la cabeza cruzarlo, a pesar de que no encontrábamos información fiable sobre esa posibilidad, ni buscando en la red ni preguntando a la gente de la zona. Es increíble la cantidad de páginas web que hay dedicadas a mezclar mentos con cocacola y que nadie haya sido capaz de poner una hoja con los horarios de los ferries!!!
Unos nos decían que sí,  que salían los lunes, miércoles y viernes. Otros que salían los martes, jueves y sábados. Otros que todos los días,  incluso alguno decía que había varios al día...
En lo que todos coincidían era en que partían de Mwanza. Así que, a pesar de la incertidumbre y con el antecedente del  hundimiento de un ferry en 1996 donde murieron casi 800 personas  (teniendo una capacidad máxima de unas 400), como yo ya lo tenía entre ceja y ceja,  allá que fuimos!!!!
A las cinco de la mañana, todavía de noche, nos plantamos en la estación de autobuses de Arusha,  un lugar caótico,  ruidoso, lleno de gente que iba de un lado para otro, mientras decenas de empleados de todas las compañías gritaban suponemos que el destino y el horario y te llevaban a uno de los muchos buses que se agolpaban en las aceras.
Por una vez fuimos precavidos y la noche anterior nos acercamos a comprar el billete. Normal, super, deluxe? Precios diferentes pero nadie nos supo aclarar en qué se diferenciaban, así que optamos por lo que haría un buen español: "póngame el más barato!".
Más despistados que Paco Martínez Soria en la gran ciudad, fuimos de un lado a otro hasta que nos ubicaron en el nuestro.


Misteriosamente puntual arrancó el bus, pero a los cinco minutos nos detenemos. Pasan los minutos, diez, veinte, cuarenta.... Una hora después reanudamos camino y más tarde nos enteramos que al conductor le habían puesto una multa de velocidad el día anterior y tenía que personarse esa mañana en la comisaría. Y no se le ocurrió otra cosa que llevarse el bus lleno de gente para allá!!! Lo más curioso no es esto. Es que nadie dijo nada!!!
Tampoco tranquiliza saber que al señor conductor le gusta apretar el acelerador más de la cuenta....
La filosofía de los viajes en estas zonas es que no sabes a que hora sales, y seguro que no sabes a la hora que llegas, si es que llegas.... Y que pasa lo mismo que en Kenia: da igual a la hora que salgas, siempres llegarás de noche!!
Así que hay que armarse de paciencia, llevar todo tipo de provisiones y estar muy atento a las paradas para ir al baño.
La teoría decía que de Arusha a Mwanza tardaríamos entre ocho y diez horas,  así que calculamos generosamente para llegar a hacer merienda-cena. Primer error!
Las horas iban pasando en el autobús. Después de cinco horas sin parar, uno empieza a pensar en el momento de estirar las piernas e ir al baño, pero eso no parece estar en la mente del conductor ni de ninguno de los pasajeros, que permanecen impasibles
como si no tuvieran ninguna necesidad fisiológica, conformándose alguno con una pequeña botella de agua o con unos cacahuetes que compran desde la ventanilla a los vendedores que se agolpan en las paradas en los cruces.


En una de esas paradas, cuando ya no podemos más,  Sara avisa al conductor de que va a ir corriendo al baño mientras yo me quedo esperando en el bus.
Un minuto después,  decide que ya ha esperado suficiente y reanuda la marcha.... con Sara todavía en el baño!!!
Salgo volando por encima de los asientos, apartando a codazos a los pasajeros que se amontonan en los pasillos, en un intento desesperado de llegar hasta el conductor. Como la típica escena de película a cámara lenta cuando está a punto de explotar una bomba. Noooooo!!!!! Waiiiiiiiit!!!! Entre que no entendía y que no quería entender, tengo que cogerle por el hombro para que pare el autobús y, gracias a un pasajero que hablaba inglés y que fué a su rescate hasta los baños, pudimos continuar sin mayor problema. Si me llego a bajar yo a buscar a Sara, estoy convencido de que el tipo arranca y se pira. Y lo peor es que nadie hubiera dicho nada!!!
A las dos de la tarde, cuando ya nos rendimos a la evidencia de que vamos a llegar muuuuy tarde, por fin para para comer. Llegué a pensar que los pasajeros eran maniquíes, incluso me fijé bien por si alguno tenía la bolsa de la sonda vesical alrededor de la pierna, porque no era normal. Ni siquiera los niños hacían ni un ruido... Extraño....
Las horas seguían pasando... El paisaje del norte de Tanzania tampoco hacía entretenido el viaje. Árido, toda una llanura de sabana hasta donde llega la vista, un secarral con acacias secas y baobabs más secos todavía.  Curiosos esos árboles que, como alguien dijo, parece que estén plantados al revés,  con las raíces por fuera.




Empieza a anochecer. Las ocho horas que se suponía íbamos a tardar pronto se convierten en doce, y aún estamos lejos de Mwanza... Con noche cerrada llegamos a Nyagezi, donde tenemos que coger un minibus lleno hasta la bandera hasta nuestro destino final, al que llegamos dieciséis horas después desde que salimos de Arusha...
Todavía con ánimos,  hablamos con un chico muy espalibado que iba en el mismo minibús, quien nos confirma que los ferries salen a diario desde el puerto, información que no pudo ser corroborada por los del hotel donde nos quedamos, porque no tenían ni idea de que se pudiera cruzar el lago!!
Lo mejor que podemos hacer es irnos a dormir y mañana tranquilamente nos acercamos al puerto, que estamos muy trabajados....
Nos levantamos con un día soleado con ánimo renovado y espalda recompuesta, dispuestos a resolver de una vez por todas el misterio del ferry, no sin antes dar varias vueltas por el puerto porque nadie sabía de donde salía. Por fín damos con un trabajador de la Autoridad Portuaria,  quien nos confirma lo que nos temíamos.... Desde hace dos años no hay servicio de ferry que cruce el lago...
Una vez más se nos queda cara de tontos. Y ahora? Pues si no puede ser por mar tendrá que ser por tierra! No queda otra que salir apresuradamente de Mwanza para recorrer el perímetro por el sur y el este del lago Victoria, confiando en poder hacer los más de 700 km que nos quedan hasta nuestro destino final: Kampala, en dos días, teniendo en cuenta que tardamos dieciséis horas en completar los algo menos de 500 entre Arusha y Mwanza....
A toda prisa recogemos las mochilas del hotel y vamos a la estación de autobuses, previo trayecto en minibus atestado como la noche anterior.


De Mwanza a Bukoba, la ciudad tanzana más cercana a la frontera con Uganda serían unas siete horas según nos dijeron (ja!). El trayecto incluye acortar un trozo cruzando en un pequeño ferry con el autobús,  así que, aunque no de la manera esperada, pudimos cruzar en barco el Lago Victoria!!!
Eso sí,  pasamos nosotros, pero no nuestro autobús,  al que tuvimos que esperar una hora a que cogiera el siguiente barco....



En la espera conocimos a un grupo de gente curioso. Era una pareja de unos 30 años, él de Kenia, ella de Tanzania, acompañados por unos quince familiares y amigos que habían partido de Nairobi destino a Bukoba para conocer oficialmente a los padres de la novia como acto de presentación previo al matrimonio y, para amenizar el larguísimo trayecto,  bebían sin parar ginebra en botellas de refresco, para disimular. Nos invitaron a comer con ellos e hicieron que las largas horas de autobús fueron más llevaderas, con un "My spanish friends, we are almost there!!!" (Ya casi estamos allí) acompañado de unas risas cada vez que nos veían con cara de desesperación.


Incluso nos invitaron a la celebración que tendría lugar al día siguiente con los padres de ella!! Por desgracia, íbamos demasiado justos de tiempo, sobre todo cuando llegamos a Bukoba más allá de las doce de la noche, teniendo que buscar un sitio para dormir cuatro horas ya que, al parecer,  el bus hacia Kampala salía entre las cinco y cinco y media.
Así que caminamos por las desiertas calles del pueblo, sin poder preguntar a nadie, hasta que encontramos un sitio para descansar unas horitas.
El sonido del despertador nos sobresaltó todavía en el primer sueño, y nos levantamos con el cuerpo revuelto como cuando llamaban al busca en la mitad de la noche en las guardias de planta, pensando: "pero si me acabo de acostar de la llamada anterior!!"
Mochila al hombro, estación de autobús,  bus destartalado.... lo normal.
De Bukoba a Kampala son seis horas... y una mi@#$#daaaa!!!!
La entrada en Uganda fue rápida,  el paisaje cambió completamente: de secarral a frondosa vegetación y pequeñas montañas,  el polvo fué sustituido por humedad y los cuerpos estilizados de los tanzanos por cierta tendencia a la obesidad y anuncios de gimnasios.
Al acercarnos a Kampala comprobamos lo que todo el mundo dice, que el tráfico es un infierno!!! Así que,  después de una hora para hacer cinco kilómetros y un total de ocho desde Bukoba y tres días desde Arusha, llegamos a la estación de autobuses, donde conocimos a un personaje que marcará nuestro viaje por Uganda: Innocent.
Además,  esperábamos la llegada al día siguiente de otros dos personajes aún más peculiares, que nos acompañarían en nuestro viaje por este país,  pero para eso habrá que esperar hasta el siguiente capítulo.....

Comentarios

UNA HIJA DE DIOS PADRE ha dicho que…
Vaya viajes de bus....el Alsa te parecerá 5 estrellas!
Dr. Di Sousa ha dicho que…
Quienes serán esos dos misteriosos personajes?! No me pierdo el siguiente capítulo por nada!! 🤗