Innocent. Cómo describir a Innocent? Es de esas personas que, no sabes muy bien por qué, le coges cariño y a la vez puede llegar a desesperarte. No es por su locuacidad, ya que es más bien parco en palabras, tampoco ayuda su justito nivel de inglés. Incluso tenemos serias dudas de que sepa leer y escribir. Y no es que sea gracioso, de hecho no recuerdo ningún comentario chistoso. Pero lo que sí que tiene es más paciencia que un santo, y un fondo de buena persona que echa pá atrás.
A Innocent lo conocimos en la estación de autobuses de Kampala, a la que llegamos con la intención de empalmar con otro autobús que nos llevara a algunos de los alojamientos que habíamos mirado, pero no reservado. Nuestro plan se vino abajo en cuanto entramos en la capital de Uganda y vimos lo grande, caótica y atascada que era... Sin contar que veníamos de la travesía por el desierto del transporte público tanzano...
Y ahí estaba él, con su coche destartalado, ofreciéndonos sus servicios de taxista hasta el hotel. Comenzamos un duro regateo hasta que en un momento dado levantó ambas cejas y emitió un sonidillo tipo: "Mmmmm", sin modificar su cara de póker. Nos miramos extrañados sin saber qué significaba...
- "Eso es que sí?"
- "Mmmmm", dijo, levantando nuevamente las dos cejas como si llevara duples....
Lo dimos como una respuesta afirmativa y nos metimos en el coche.
Resultó ser una gran idea, ya que el hotelillo que habíamos mirado estaba ubicado al final de una colina de tierra al final de una calle siniestra al final de un barrio tenebroso... tanto que el mismo Innocent nos insinuó que, ya que íbamos en su coche, por qué no buscábamos otro sitio mejor...
- "Es que este barrio no es bueno?"
- "Mmmmm" (alzamiento de cejas incluido)
Y así le tuvimos un buen rato, hotel para arriba, hotel para abajo, hasta que dimos con uno con buena pinta. Mirada de reojo a Innocent..... "Mmmmm" (no olvidéis las cejas...), así que lo dimos por bueno y ahí que nos quedamos. Necesitábamos un sitio tranquilo y cómodo para utilizarlo de base mientras planeábamos nuestros días en Uganda y esperábamos a Rocío y Dack, con los que compartiríamos las próximas semanas por el país.
Cuando decidimos que sería buena idea ir a buscarlos al aeropuerto, ahí estaba nuestro amigo para ofrecerse, incluso se plantó en el hotel seis horas antes de lo acordado y allí estuvo esperando!!!
De Kampala a Entebbe, que es donde está el aeropuerto, hay ni más ni menos que 50 kilómetros y con el tráfico infernal, la cosa se puede ir a tres horas!!! Además daba la casualidad de que se jugaba un partido de fútbol de la clasificación para el mundial, un mítico Uganda-Ghana!! La cosa pintaba muy mal...
Pero no contábamos con Innocent... Abriéndose paso entre los coches por las calles atestadas, como un Fernando Alonso pero sin parársele el coche, fuimos sorteando el atasco y, en un momento dado, cogimos un atajo por una autovía en construcción, de cuyo acceso se encargaban unos chavales con pintas que movían la pequeña barricada que tenían montada según el "peaje" que estuvieras dispuesto a pagar. Pero a nuestro Innocent lo dejaron pasar al caer rendidos a ese movimiento de cejas con el que ya nos había conquistado...
Por esa autovía apenas circulaban coches, y había más gente paseando, en bici, en patines o incluso haciendo el pino que vehículos. Muy extraño.
Poco más de una horita después llegamos al aeropuerto y allí esperamos a nuestros amigos. Roci, que la conozco desde que el tiempo es tiempo, cuando comenzamos la carrera allá por el año.... bueno, desde hace mucho tiempo! Y Dack, un tipo grande en todos los sentidos, ya lo veréis en las fotos (no, no estamos representando una escena de hobbits por la Tierra Media!!)
Y así formamos la Compañía del Anillo!! Ay, no, perdón.
Ahora tocaba organizar un poco el viaje.
Para comenzar decidimos acercarnos a Jinja, una pequeña ciudad al este de Kampala conocida por ser el origen del río Nilo, aunque la cosa no es tan sencilla. Que si el Nilo blanco, que si el Nilo azul, que si el Nilo Victoria, el Albert,.... vamos, que creemos que era el nacimiento oficial, pero muy seguros no estábamos.
A Innocent lo conocimos en la estación de autobuses de Kampala, a la que llegamos con la intención de empalmar con otro autobús que nos llevara a algunos de los alojamientos que habíamos mirado, pero no reservado. Nuestro plan se vino abajo en cuanto entramos en la capital de Uganda y vimos lo grande, caótica y atascada que era... Sin contar que veníamos de la travesía por el desierto del transporte público tanzano...
Y ahí estaba él, con su coche destartalado, ofreciéndonos sus servicios de taxista hasta el hotel. Comenzamos un duro regateo hasta que en un momento dado levantó ambas cejas y emitió un sonidillo tipo: "Mmmmm", sin modificar su cara de póker. Nos miramos extrañados sin saber qué significaba...
- "Eso es que sí?"
- "Mmmmm", dijo, levantando nuevamente las dos cejas como si llevara duples....
Lo dimos como una respuesta afirmativa y nos metimos en el coche.
Resultó ser una gran idea, ya que el hotelillo que habíamos mirado estaba ubicado al final de una colina de tierra al final de una calle siniestra al final de un barrio tenebroso... tanto que el mismo Innocent nos insinuó que, ya que íbamos en su coche, por qué no buscábamos otro sitio mejor...
- "Es que este barrio no es bueno?"
- "Mmmmm" (alzamiento de cejas incluido)
Y así le tuvimos un buen rato, hotel para arriba, hotel para abajo, hasta que dimos con uno con buena pinta. Mirada de reojo a Innocent..... "Mmmmm" (no olvidéis las cejas...), así que lo dimos por bueno y ahí que nos quedamos. Necesitábamos un sitio tranquilo y cómodo para utilizarlo de base mientras planeábamos nuestros días en Uganda y esperábamos a Rocío y Dack, con los que compartiríamos las próximas semanas por el país.
Cuando decidimos que sería buena idea ir a buscarlos al aeropuerto, ahí estaba nuestro amigo para ofrecerse, incluso se plantó en el hotel seis horas antes de lo acordado y allí estuvo esperando!!!
De Kampala a Entebbe, que es donde está el aeropuerto, hay ni más ni menos que 50 kilómetros y con el tráfico infernal, la cosa se puede ir a tres horas!!! Además daba la casualidad de que se jugaba un partido de fútbol de la clasificación para el mundial, un mítico Uganda-Ghana!! La cosa pintaba muy mal...
Pero no contábamos con Innocent... Abriéndose paso entre los coches por las calles atestadas, como un Fernando Alonso pero sin parársele el coche, fuimos sorteando el atasco y, en un momento dado, cogimos un atajo por una autovía en construcción, de cuyo acceso se encargaban unos chavales con pintas que movían la pequeña barricada que tenían montada según el "peaje" que estuvieras dispuesto a pagar. Pero a nuestro Innocent lo dejaron pasar al caer rendidos a ese movimiento de cejas con el que ya nos había conquistado...
Por esa autovía apenas circulaban coches, y había más gente paseando, en bici, en patines o incluso haciendo el pino que vehículos. Muy extraño.
Poco más de una horita después llegamos al aeropuerto y allí esperamos a nuestros amigos. Roci, que la conozco desde que el tiempo es tiempo, cuando comenzamos la carrera allá por el año.... bueno, desde hace mucho tiempo! Y Dack, un tipo grande en todos los sentidos, ya lo veréis en las fotos (no, no estamos representando una escena de hobbits por la Tierra Media!!)
Y así formamos la Compañía del Anillo!! Ay, no, perdón.
Ahora tocaba organizar un poco el viaje.
Para comenzar decidimos acercarnos a Jinja, una pequeña ciudad al este de Kampala conocida por ser el origen del río Nilo, aunque la cosa no es tan sencilla. Que si el Nilo blanco, que si el Nilo azul, que si el Nilo Victoria, el Albert,.... vamos, que creemos que era el nacimiento oficial, pero muy seguros no estábamos.
Así que después de que a nuestros compis se les pasara el jetlag (bueno, en realidad sólo hay una hora de diferencia, pero el viaje es muy largo!!) y otro duro regateo, partimos Roci, Dack, Sara, Innocent y yo a descubrir las Fuentes del Nilo!!!
Durante el camino pondríamos a prueba la eterna paciencia de nuestro conductor, con esas preguntas de Roci que siempre comenzaban con: "Mister Innocent..." y que, por supuesto, siempre tenían por respuesta el mismo ruidito y el mismo gesto.
El Lago Victoria se derrama desde Jinja hasta Egipto, uniéndose en su camino con otras ramificaciones hasta dar el Nilo definitivo en Khartum, y resulta emocionante estar en el lugar de donde nace, además de que el sitio es precioso!!
Pero no sólo descubrimos eso en Jinja!! Al nacimiento del río más largo del mundo (con permiso del Amazonas), hay que añadir otras dos cosas que han cambiado nuestras vidas: la Fanta Fruit, sabor mezcla de chupachups y medicina para niños, de la que Dack y yo nos confesamos abiertamente adictos, y el rolex, que viene a ser un pan chapati con una tortilla francesa encima y enrollado, una comida rápida y barata que nos sacaría en muchas ocasiones de un apuro. Y además aquí encontramos distintas variedades, como el chapati con nutella que, por desgracia, no volvimos a ver en todo el viaje...
Así que para Dack y para mí, el paraíso sería lo más parecido a estar comiendo un rolex regado con una Fanta Fruit bien fría... Algunos diréis que somos muy simples, yo digo que sabemos disfrutar de las cosas sencillas de la vida si además se comparten con amigos...
El atardecer sobre el Lago Victoria a un lado y el río Nilo al otro, el dormir a orillas del río en un camping de ubicación excepcional y el compartir estos primeros días los cuatro, perdón, los cinco, hicieron de Jinja un punto de partida realmente bueno para lo que se avecinaba.
Pero tocaba despedirse de Innocent, ya que su chatarrilla andante no podría acompañarnos por los caminos por los que nos íbamos a adentrar. Con mucha pena, solo podíamos estar agradecidos por habernos acompañado en estos momentos y por descubrirnos que, con el mínimo esfuerzo vocal y facial, se podrían decir tantas cosas.... Mmmmm...
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