I failed...

Los días pasan deprisa en Uganda, gracias a las intensas experiencias y a lo mucho que disfrutamos de la compañía de Rocío y Dack. A lo que hay que añadir el efecto adictivo de la Fanta Fruity, sustituida últimamente por la mítica Mirinda (Fruity también, por supuesto) y al socorrido rolex personalizado con aguacate.



En el tema de la comida hemos dado un pequeño salto de calidad respecto a Kenia y Tanzania, aunque tampoco se puede considerar un buen destino culinario.
Además, nos empezábamos a dar cuenta de que el famoso movimiento de cejas de nuestro querido Innocent no era exclusivo suyo, sino que parece algo extendido por todo el país,  en ocasiones solo, en otras acompañado del "Mmmmm", incluso alguna vez se podían intercambiar varios "Mmmmm" y varios levantamientos de cejas entre dos personas elaborando una auténtica conversación de besugos!!!
Y, ni que decir tiene, que nosotros ya lo habíamos incorporado en nuestro día a día, una costumbre que todavía no nos hemos quitado...
Los siguientes días los dedicamos a recorrer la zona de lagos volcánicos cercana a Fort Portal, donde seguíamos comprobando lo agradable que es la gente de este país y lo mucho que se siguen sorprendiendo los niños de vernos, acompañándonos en nuestros paseos y chapurreando en inglés las cuatro frases que les enseñan en la escuela.









Seguíamos bajando poco a poco por el oeste del país y así llegamos al parque Queen Elizabeth, con paso del Ecuador incluido.


Nuestra primera noche fue un poco accidentada ya que Dan, nuestro conductor, se emperraba en hacer la ruta a su gusto y llevarnos a sitios que él pensaba que nos gustarían, la mayoría de las veces sin consultarnos!!! Pero no sabe con quien se ha topado!! Que estamos acostumbrados a lidiar con lo peorcito de la periferia de Madrid!! Así que le íbamos desbaratando sus planes uno tras otro,  lo que nos llevó en esta ocasión a estar a horas intempestivas de la noche buscando un sitio para dormir, y ya sabéis lo que le gusta conducir de noche y jugarse la vida!!!
Así que decidimos probar suerte en un hotelillo a varios kilómetros del poblacho más cercano,  al final de un camino de mala muerte en el que no se veía ni un metro por delante, embarrado,  lleno de curvas, que las iba sorteando como podía,  hasta que casi nos quedamos atascados en varias ocasiones e incluso a punto estuvimos de volcar!!!
Por fin, después de un buen rato,  llegamos al sitio y la señora encargada nos dice que no tiene hueco.... WTF!!!!??? La idea de darnos la vuelta y seguir buscando no nos atraía y, por la cara que puso, parece que a Dan tampoco...
Tras un rato llorando a la señora nos consigue la única tienda de campaña que tiene. Por suerte nosotros llevamos la nuestra!!! Las plantamos en el jardín con una lluvia fina que no augura nada bueno.
Y Dan? Por razones desconocidas decidió no quedarse con nosotros (creo que empezaba a estar igual de harto de nosotros que viceversa, jajaja...) y, con un par, se calza las botas catiuscas y nos comunica que se va andando al pueblo a ver que encuentra. A esta hora? Por ese camino? Le insistimos, pero ya ha tomado una decisión y, como es mayorcito, que haga lo que crea más conveniente.
A la mañana siguiente nos levantamos prontito para entrar en el parque a ver algunos bichos. Y, aunque no nos sorprendió tanto como Murchinson Falls, pudimos ver los famosos leones trepadores de árboles y sufrir el acoso de un enorme elefante, para regocijo de nuestro driver...




La verdad es que casi vimos más animales en los caminos que quedaban fuera del parque: elefantes a los lados de la carretera, búfalos reposando en las lagunas, hipopótamos a escasos metros de los niños que juegan en el lago...
Lo que sí nos encantó fué el crucero por el canal Kazinga, con decenas de elefantes que se acercaban a la orilla a beber, búfalos a remojo, cocodrilos tostándose en la arena, cientos de aves y, por supuesto,  hipopótamos fuera y dentro del agua, sumergiéndose a nuestro paso y revolcándose para mojarse todo el cuerpo. Y, lo mejor de todo, sin la lluvia torrencial que nos cayó en el anterior barquito!!!





Pero tanto trajín cansa!! Así que decidimos buscar un sitio tranquilo para pasar los próximos días sin movernos mucho y poder dar un par de días libres a Dan, que la cosa se estaba poniendo un poco tensa... Y así dimos con un lugar en lo alto del cráter de un antiguo volcán donde la vegetación creció tanto que ahora se utiliza el interior para cultivar. Toda la zona es preciosa, muy verde, muy volcánica y con una gente estupenda. Aquí conocimos a Chris, otro personaje. Un ugandés jovencito, risueño, simpático y súper educado, encargado del hotelillo en el que nos quedamos, que siempre nos recibía con una sonrisa y del que aprendimos otra de las míticas frases de este viaje y que también hemos hecho nuestra . Y es que, si alguna vez no podía conseguir algo, venía con su sonrisa habitual y nos decía: "Sorry, I failed..." (lo siento, fallé...). Y lo decía tan dulcemente que te daban ganas de abrazarlo...



Entre paseos por el volcán para ver las puestas de sol, vueltas en moto (de paquetes, eso sí) y algún retoque estético a cargo de Roci, pasamos unos días geniales.




Nada nos perturbaba, ni siquiera la presencia perturbadora de una ugandesa llamada Jackie que, copazo tras copazo nos agregó a Facebook (al que tenga) y todavía nos sigue mandando fotos posando sexy con un fusil ya que, al parecer, es militar o algo así. Si es que a punto estuvo de acoplarse a nuestro viaje!! Miedito...
Con las pilas recargadas seguimos nuestro descenso por el oeste del país, pasando por Ishasa donde, en vez de ver los leones que se suponía que por allí rondaban, sufrimos el segundo pinchazo en pocos días. Lo resolvimos rápidamente,  gracias a la fuerza bruta de Dack, capaz de levantar el jeep con una mano mientras que con la otra cambia la rueda.


Poco a poco la carretera iba cogiendo altura y se hacía más tortuosa, el calor húmedo iba siendo sustituido por una sensación de intenso frío y la niebla se iba echando encima de unas montañas cubiertas por completo por un tupido manto de vegetación boscosa. Y es que nos estábamos metiendo de lleno en el bosque impenetrable, donde nos esperaba uno de los grandes momentos de este viaje hasta ahora, que no es decir poco....

Comentarios

Rocio ha dicho que…
Más...más...!