Tofo gostoso

De vez en cuando hay que parar. Incluso estando de viaje, hay momentos en los que lo que te apetece es encontrar un lugar tranquilo, acomodarte, relajarte y dejar pasar los días sin hacer nada. Unas vacaciones dentro de las vacaciones. 
Para nosotros Mozambique es ese lugar.
Una de las grandes sorpresas del viaje. Ya nada más entrar en el país nos dimos cuenta de que volvíamos al África que más nos gusta. A un lado de la frontera, el orden y pulcritud sudafricanos. Al otro, la pachorra e informalidad mozambiqueña. Mezcla del más puro espíritu negro y sangre ibérica. Combinación explosiva...
Todo aderezado con un suave acento portugués, una gran amabilidad, una enorme sonrisa y una belleza descomunal.
Nuestro objetivo para esta etapa del viaje era sencillo: playa y relax. Y algo de buceo si se puede.
Y lo tuvimos. Vaya si lo tuvimos!!
Tras una parada obligada en Maputo, pusimos rumbo al norte, hacia Tofo, pequeño pueblo costero que vive básicamente del turismo y la pesca. 



Allí conocimos a Ricardo y Aline. Y a Jack y a Frida.
La suerte quiso que para la primera noche eligiéramos una habitación en Casa Branca, una modesta casita en lo alto de una pequeña colina con vistas al mar. Y allí nos estaba esperando Ricardo, un colombiano viajado y resuelto que daba la casualidad de que es instructor de buceo.... Esto pinta bien.
Cuando,  después de varios días, nos ofreció una habitación en Casa Laranja, el hogar que comparte con Aline, brasileña solidaria, no lo dudamos y allí nos fuimos para tenerlos más cerca y poder compartir tiempo con ellos y con sus "hijos": Jack y Frida. Él,  tranquilo, protector. Ella, un vendaval. Hablamos de los perros,  claro...






El sitio no puede ser más perfecto. A tiro de piedra de una pequeña playa preciosa y desértica, Tofinho, y a pocos minutos andando del pueblo y de la enorme playa semicircular de arena dorada que da nombre al pueblo.



Los días pasaban básicamente entre caminatas por las playas, baños entreteniéndonos con las olas y los niños del pueblo, comer toda la fruta exótica que tanto ha escaseado en estos meses en nuestra dieta, paseos con los perros, conocer un poco más a nuestros anfitriones y hacer unas cuantas inmersiones.
Como decía, Ricardo es instructor de buceo, y trabaja en unos de los clubs más bonitos que hayamos visto jamás, recién inaugurado tras mudarse desde el centro del pueblo y en la misma playa. Y el carácter de todo el personal hace que te sientas realmente a gusto . Todo un lujo!
Con ellos tuvimos la suerte de ver mantas oceánicas,  móbulas, varios tipos de tiburones incluido el ballena y miles y miles de peces en grandes bancos con una visibilidad bastante buena y una temperatura del agua todavía mejor. Con el plus de lo divertido que se hace la entrada y salida del mar con la lancha, tipo combate, a la carrera, como en Sudáfrica, que sólo nos faltaban los fardos de droga...


     


La sensación de estar verdaderamente en "casa" hacía dura la decisión de continuar  con el viaje por Mozambique y que, después de una semana, nos levantáramos todos los días diciendo: "hoy nos vamos". Pero, recordándonos a lo que nos pasó hace muchos años en Bariloche, acabábamos poniendo cara de pena y preguntando a Ricardo y Aline: "¿nos podemos quedar un día más?". Se partían de la risa.
Poco más podemos decir de nuestros días en Tofo porque, por mucho que me extienda,  nunca sería capaz de plasmar los sentimientos que experimentamos. La paz, la tranquilidad, la amistad, el relax, la playa, Etirso, el buceo, Hanno, Jack, Frida, Aline, Ricardo.... Gracias chicos, por hacer de Tofo ese lugar en nuestro mundo que llevaremos siempre pegado al corazón, y al que volveremos, aunque sea de pensamiento, cada vez que recordemos este viaje...
Con mucha pena (qué dura es la vida del viajero!!) nos despedimos de Tofo, para seguir sufriendo en otro lugar paradisíaco a orillas de otra playa de arena blanca y aguas azules donde dar largos paseos y relajantes baños, seguir comiendo fruta y contemplar los días pasar sin otra meta que... disfrutar. Lo dicho, muy duro.
El sitio escogido fue Vilanculos (chistes fáciles con el nombre en 3, 2, 1...), a varios cientos de kilómetros al norte, donde nos dimos el pequeño lujo de quedarnos en un bungalow directamente en la playa, con la visión del enorme mar nada más levantarnos y el sonido de las olas que nos mecían al acostarnos...



Aquí compartimos días con Francisco y Dani, una pareja de chilenos que conocimos en Tofo y que también encontraron en Mozambique su parada perfecta después de varios meses de viaje.
La rutina era similar a la de Tofo, pero sin buceo. Pero estaba Bazaruto, un archipiélago protegido como parque natural con enormes dunas de arena blanca que acababan directamente a orillas de un mar de miles de azules que cambiaban según iba subiendo o bajando la marea. Un lugar precioso y muy especial.












Por desgracia los últimos días el tiempo no acompañó tan perfectamente como durante las primeras semanas, y eso nos llevó a replantearnos nuestros planes iniciales de viaje.
Habiendo descartado visitar más países del sur de África continental, la idea era que nuestros siguientes pasos nos llevasen o bien al norte de Mozambique o al este del continente, a Madagascar. 
Las distancias y las malas condiciones de las carreteras habían hecho que ya descartáramos el norte del país,  pero es que además la época de lluvias estaba haciendo estragos tanto en esa zona como en Malawi, Zambia y parte de Zimbabwe. Y la cosa no parecía estar mejor en Masagascar, donde ya comenzó la época de ciclones y alguno ya había azotado el norte del país. 
Vaya plan.... Y ahora? Para dónde tiramos?  Tras mucho meditar y sopesar todas nuestras opciones, decidimos dar un giro de 180 grados al viaje, con un cambio radical de geografía, cultura, religión,  color y (oh, sí!!!) comidaaaa!!!
Tocaba aligerar cargamento, sobre todo la tienda de campaña, que ya no necesitaríamos más. Vimos la luz cuando a la dueña del lodge, una italiana, se le iluminaron los ojos al preguntarle si le interesaba, y nos la acabó cambiando por unas noches de alojamiento.
Sin duda guardaremos siempre un gran recuerdo de nuestra pequeña casa ambulante. Nunca hubiéramos pensado que nos daría tan buen resultado para la pinta tan mala que tenía y la miseria que nos había costado.
Pero toca seguir moviéndonos!! Y el siguiente destino lo esperábamos con muchísima ilusión!!! Allá vamos!!




Hay que ver qué rápido crece el pelo en África ......

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Wow Mozambique looks amazing - so glad you had such a great time there...now you have inspired me to go there too...safe travels onwards!
febacoll ha dicho que…
Repetimos: compartimos vuestros comentarios cuando decís lo dura que es la vida del viajero, sobre todo viendo esas playas de los maravillosos colores que se aprecian en las fotografías, verdaderamente no nos importaría mucho sufrir un poquito y poder apreciar todo lo que estáis viendo, pero bueno tal vez algún día ....
Nena ha dicho que…
Que gusto verles gozando de la naturaleza y la creación de Dios en cada cultura. Dios les guarde sanos y felices. Los queremos y esperamos un pronto dia por Tampa Florida. Besos Sarita y Fer, su prima Nena